sábado, 23 de junio de 2012

literaunix

Literatura latina:



Características de la literatura latina

¿Literatura latina o literatura romana? La literatura latina abarca un periodo amplísimo, desde el S.III a.C., hasta finales de la Edad Media. Sin embargo, cuando hablamos de literatura latina nos referimos a la literatura romana, en este caso es mucho más corta, desde el s. III a.C., hasta el s. IV d.C.

Géneros literarios: según los criterios actuales para valorar una obra literaria, muchos de los considerados géneros literarios en la literatura latina no lo serian en la literatura actual, sino que pertenecerían a otros campos, como es el ejemplo de la historiografía, un género literario muy importante en la época que hoy no estaría considerado dentro del campo literario.

Roma se fundó en el año 753 a.C. ¿Qué ocurrió para que la literatura no empezara hasta el siglo III a.C.? La literatura latina fue en sus comienzos una literatura oral. Existía una colección de Carminas, que estaban compuestas muchísimo antes de que existieran las obras latinas, y fueron transmitidas oralmente de generación en generación. Entre estos tipos de creaciones literarias orales destacan: las canciones de gesta, que eran cantares de hazañas de personajes populares; los “Carmina convívala”, poemas de fiestas o banquetes; representaciones escénicas donde unos actores improvisados representaban “Atelanas” (versos improvisados); los “versi fescenino”, que eran versos obscenos que la juventud romana improvisaba en las fiestas agrícolas; los cantos guerreros, que eran entonados antes y después del combate; las “lauda tiones fúnebres”, en las que un familiar ensalzaba las virtudes del fallecido, etc.

La literatura latina tuvo, en un primer momento, grandes influjos de las culturas que habitaban la península itálica. Pero la influencia más importante fue la que ejerció la cultura helénica, el pueblo griego, cuando éste fue conquistado por el pueblo romano. Una frase de Horacio “La Grecia conquistada conquistó a su fiero vencedor”, resume la capital importancia de la influencia griega sobre la cultura latina, ya no sólo en el ámbito literario, sino en todos los ámbitos. Esta influencia fue tal, que el primer autor de la literatura latina fue un griego, llamado Livio Andrónico.

En el año 240 a.C. se tienen las primeras documentaciones literarias. Escritas en griego y adaptadas al latín por Livio Andronico. Aparecen los primeros géneros literarios como el drama, la comedia y la prosa literaria. Otros géneros importantes son la historiografía y la biografía.


Descripción: Descripción: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvYfEcsIT1dMAEUNWu0OxDLvS8XsBJMESm-6CdpRPm0VIWYEna04GiaMs44YkXE7beDHQ_foUXQmocJJXZyuSNQI4KTNFeJnSSJ3J8JbRyY9oA0FeKmMM_ilKDFrYwqPGQNxbNdjNkfpA/s320/20070418klplyllic_34.Ies.SCO.jpg

Géneros
La literatura clásica clasificaba de manera clara las obras en diversos géneros literarios, que a grandes rasgos perduran hasta la actualidad. Esta clasificación se creó en Grecia, pero pasó al latín con unas características comunes.

Sin embargo el alcance del concepto de género literario ha variado: en Grecia y Roma los géneros tenían una clara distinción formal; no se podía componer una obra de teatro con versos hexámetros dactílicos. La distinción formal entre géneros era tajante y no afectaba sólo al estilo, a los temas tratados, sino incluso al dialecto en que se redactaba. Las diferencias formales eran taxativas. Se entiende por género literario cada una de las distintas categorías o clases en que se pueden ordenar las obras literarias. Tradicionalmente se distinguen tres géneros mayores denominados lírica, épica y dramática, que son los géneros poéticos, esto es, escritos en verso. Hemos dicho que Aristóteles en su Poética fue el primero en teorizar sobre la literatura. Tras Aristóteles el Mundo helenístico continuó con el estudio teórico de la literatura, desde donde pasó a Roma. Tenemos en Horacio con su Arte poética o Carta a los Pisones  la continuación de esta tradición en Roma. En esta tradición se creó, como pasó en otras disciplinas, la terminología propia de la literatura. Se crearon términos como anáfora, poesía, sinécdoque de origen griego overso, prosa, literatura de origen latino.

Pero además de estos géneros mayores poéticos, en la Antigüedad se cultivaron otros en prosa. Entre estos vamos a destacar la filosofía y la prosa científica y técnica, de las que hemos hablado en epígrafes anteriores, la novela, la historiografía y sobre todo la retórica y oratoria.

En Roma hubo algunos géneros literarios propios. Los romanos distinguían en el teatro entre las obras de  origen itálico y las de origen griego: las primeras se llamaban fabula togata (obra de teatro representada con toga, traje nacional romano) y fabula palliata (obra de teatro representada con palio), haciendo referencia a la indumentaria de los actores.

Probablemente el género literario más importante de los genuinos de Roma sea la sátira, satura, en latín un guiso que mezclaba de todo, era un género poético en el que se mezclaban variados contenidos, pero tenía el rasgo común de criticar ácidamente.


La Épica: Virgilio




La epopeya, o poesía épica, canta las proezas de los héroes y floreció muy tempranamente en Grecia. Los poemas homéricos, es decir, La Ilíada y La Odisea, son los ejemplos más representativos en la literatura griega.
Los primitivos poemas épicos romanos presentan una génesis literaria un tanto complicada, ya que son frutos de dos tendencias diferentes.
Roma estaba sometida literariamente a las tradiciones épicas alejandrinas, importadas por los esclavos o libertos griegos, que difundían la cultura helénica entre la población latina, ya que actuaban sobre las clases elevadas, como preceptores de sus hijos. A ellos se debió, en buena medida, la identificación de los dioses romanos con los griegos y la creación de los primeros poemas épicos en lengua latina. Destaca especialmente una traducción de La Odisea y la introducción del hexámetro, que sustituye al primitivo verso saturnio.
Pero, frente a esta tendencia helenizante, persistía la tradición guerrera y patriótica de Roma. El patriotismo de la epopeya homérica jamás rebasó los límites de la ciudad; nunca vislumbró un ideal patriótico panhelénico. Los héroes homéricos no luchan, como los romanos, con una visión amplia del patriotismo, ni tienen aún concepto claro de nación.




La Lírica: Horacio


Los orígenes de la poesía lírica se pierden en el tiempo. No obstante, sabemos que existían unas fórmulas rítmicas especialmente religiosas, mágicas o jurídicas: los Carmina. En ellas se da correspondencia rítmica de dos o tres términos, aliteración, rima, etc.
Después del siglo II a. C., surgen dos escuelas poéticas de tendencias opuestas: los tradicionalistas (Lucrecio) y los poeta novi.
Los poeta novi se inspiran en los poetas griegos alejandrinos, quienes a través de múltiples alusiones eruditas quisieron llenar el ideal del poeta doctus. Sus principales composiciones serán los epyllia (epilios) o pequeños poemas épicos, llamados así sólo por la forma, que pretenden explicar ciertos usos pastoriles, el origen de fiestas, de costumbres, etc. El poeta griego más importante desde este punto de vista es Calímaco de Cirene. El primer poeta nouus importante fue Catulo.
Después de la guerra civil entre César y Pompeyo y del asesinato del primero, llegó Augusto al poder, quien restableció en Roma el orden y la paz. Pero centró en su propia persona la vida pública romana en todas sus manifestaciones. También los poetas debían cantar la gloria del imperio romano. Para ello ayudó generosamente al círculo de Mecenas, magnate romano que se había propuesto dar a la poesía romana una época de esplendor. Ya en los últimos tiempos de la guerra civil, Mecenas había reunido en Roma un grupo de poetas notables. Del círculo de Mecenas salieron Horacio y Virgilio, y del de Mesala Corvino, otro protector de las letras romanas, Tibulo, Propercio y Ovidio. Estos últimos son los llamados propiamente elegíacos.
La elegía latina no se corresponde en cuanto al contenido con la griega. En la forma del dístico elegíaco (hexámetro + pentámetro) poetas griegos como Calino de Éfeso, Tirteo y Solón tratan de gran cantidad de temas, sobresaliendo los políticos y los amorosos. Los poetas alejandrinos Calímaco y Filetas, modelos inmediatos de los elegíacos romanos, compusieron básicamente elegía amorosa.
Su obra se puede dividir en:
a) Sátiras y epodos: Sus sátiras son 18 composiciones repartidas en dos libros. El propio Horacio se considera seguidor de Lucilio (el creador del género) y, modestamente, inferior a él. Pero las sátiras de Horacio son, en general, más irónicas que airadas. Prueba de ello es el hecho de que él mismo las llama sermones (conversaciones). Afirma que la broma festiva y la burla amable son más eficaces que la invectiva destemplada. Le diferencia además de Lucilio el cuidado verso, que es una obsesión de Horacio. Algunos de los temas: nadie está contento con su suerte; invectivas contra los avaros, los usureros, envidiosos, adúlteros, cazadores de herencias, etc.
Los epodos son 17 composiciones. Por su contenido y su fecha de composición son una obra de transición entre el género satírico y la poesía lírica, que va a llenar la etapa siguiente de la vida de Horacio. Algunos son claramente satíricos: contra una alcahueta, un nuevo rico, un antiguo esclavo,…; pero también hay odas líricas con tema amoroso, de banquetes y de vino, de tema cívico-moral, y una, la más famosa, que es una égloga: el Beatus ille, un precioso e inspirado canto a la vida rural.
b) Odas (Carmina): Son 4 libros con alrededor de un centenar de odas. Horacio transplanta al latín los temas y metros líricos griegos, sobre todo, de Alceo, Safo y Anacreonte. Antes había habido intentos, pero es Horacio el primero que transplanta la lírica eolia griega en su conjunto. Los temas son muy variados: amores, banquetes, dedicaciones de templos, partida y regreso de un amigo,… Pueden dividirse en odas amorosas, filosóficas (la mayoría epicúreas y alguna estoica) y romanas (en las que alimenta el mismo sentimiento nacional y patriótico que Virgilio en su Eneida).
En la poesía lírica, Horacio es menos apasionado que Catulo. Nada más lejos de Horacio que los tumultuosos sentimientos de aquél. Sus mejores odas son las filosóficas, impregnadas de un escepticismo irónico, invitando al placer moderado, ya que cualquier exceso acarrea dolor e infelicidad. Dentro del género lírico hay que encuadrar también el Carmen Seculares, encargado por Augusto, en el que se invoca a los dioses para que presten su apoyo y su favor divino a Roma en el presente y en el porvenir.
c) Epístolas: En cartas dirigidas a sus amigos, Horacio se ocupa de la filosofía.



EL ORADOR” de CICERÓN
El orador es un libro que pretende trazar las directrices de cómo debe ser el orador prefecto. Publicada por primera vez en el año 46 a.C. con el nombre De oratore, nos explicita adecuadamente en qué consiste el arte de hablar bien
Cicerón comienza explicándonos el porqué de ésta obra: solución a los continuos ruegos de Brutus, y en definitiva se acabará concluyendo que no hay un estilo oratorio perfecto, que valga por sí sólo en todo momento, a veces será elevado, otras tenue y otras medio; el estilo perfecto es el que se ajusta al decorum, a lo conveniente en todo momento, circunstancia y personas. Así la búsqueda del mejor estilo oratorio se hace desde distintos puntos de vista, definición del orador perfecto en lo referente a los tres estilos narratorios, al género oratorio, a las funciones del orador, a sus conocimientos y finalmente al uso de la propia rítmica
De este modo comienza a dibujar las líneas de ese perfecto orador:
·         No debe sobresalir en ningún estilo:
·  Los grandilocuentes: profundidad de pensamiento, elegancia de palabra, vehementes, variados, abundantes, serios, competentes y preparados para mover los ánimos.
·  Los sencillos: personajes agudos que lo demostraban todo y lo exponían con claridad, no con amplitud, estilo sobrio y apretado.
·  Estilo intermedio: moderados que no recurren ni a la agudeza de los sencillos, ni a la amplitud de los primeros, es un punto medio entre ambos. Fluye al hablar en un curso continuo, aportando facilidad y uniformidad, distingue figuras de palabra y de pensamiento.
·        




fábulas de fedro: 
  

Escrito por: Susurros   en Fábulas
Erase una vez que se era un joven y alegre pastorcillo llamado Pedro.
Pedro cuidaba su pequeño rebaño de ovejas en el monte, cerca del pueblecito donde vivía con su anciana madre. Un día, aburrido como estaba decidió gastarles una broma a sus vecinos, y no se le ocurrió otra cosa que ponerse a gritar desde la cima del monte con todas sus fuerzas:
- ¡Socorro! ¡Auxilio! ¡El lobo!¡Qué viene el lobo!
Los campesinos que estaban al pié del monte trabajando en sus campos, al oír los gritos dejaron todo y salieron corriendo en ayuda de Pedro y su rebaño. Cargados con azadas y horcas subieron a la carrera los montes. Cansados y sudorosos llegaron a donde se encontraba el muchacho sólo para encontrarse al pastorcillo riéndose a más no poder.
- ¡Mira que sois inocentes! ¡Si ya no hay lobos por aquí!
Al ver que les había tomado el pelo volvieron a sus tareas enfadados, mientras que el pastor seguía riéndose de ellos, divertido.
Unos días mas tarde el pastor volvió a gastarles la misma broma pesada. Se puso a gritar y a pedir ayuda con mucha insistencia:
- ¡Ayudadme por favor! ¡El lobo! ¡El lobo se come a mis ovejas! ¡Socorro, Socorro!
Los campesinos escucharon los gritos, y aunque dudaron un poco al principio, echaron a correr hacia donde venían las voces. Cuando llegaron a la cima se encontraron con que otra vez habían sido engañados por Pedro. Muy enfadados, ésta vez, volvieron a sus campos, advirtiéndole que no volverían a creer nada de lo que dijera.
- ¡Habéis vuelto a picar!- les decía mientras seguía riéndose de ellos.
Pero un día, no demasiado lejano aparecieron los lobos de verdad. Comenzaron a perseguir y a comerse a las ovejas de Pedro. Entonces, el pastor, muy asustado, volvió a gritar y gritar pidiendo ayuda a sus vecinos que estaban en el valle. Pero nadie acudió esta vez. Pedro se desgañitaba pidiendo auxilio, pero escarmentados como estaban, los campesinos siguieron trabajando en la tierra como si nada ocurriera.
- ¡Ay! Si no les hubiera engañado las otras veces – se lamentaba el pastor mientras escapaba monte abajo, con un solo cordero bajo el brazo y dejando el rebaño a merced de los lobos,  sin poder hacer nada.
Allí perdió Pedro a sus ovejas y aprendió una dolorosa lección. Nunca volvería a engañar a nadie más, ya que las personas que mienten no pueden esperar que los demás confíen en ellos.

Obras y Autores más representativos de la literatura Clásica
Genero
AUTORES
OBRA
Género Épico
Homero (900 a.C)
Hesiodo (800 a.C)
La Iliada
La Odisea
Los trabajos y los días
Teogonía
Género Lírico
Tirteo (680 a.C)
Mimnermo (625)
Solón (640-558 aC)
Arquíloco (8600 C)
Safo (600 aC)
Píndaro (522-441)
Canto guerrero
Elegías
Poemas
Elegías, Himnos
El amor Epitalamios
Las Olímpicas
Género Dramático, Tragedia, Comedia
Esquilo (525-456 aC)
Sófocles (497-405 aC)
Eurípides (480-406)
Aritófanes (450-380 aC)
Menandro (349-292 aC)
La Orestiada
Edipo rey
Medesa
Las nubes
Epitropontes

viernes, 22 de junio de 2012

Literatura clásica latina


República de Panamá
Ministerio de Educación
Dirección Regional de Educación Panamá este

C.E de Tortí

Departamento de español

Tema: Literatura clásica latina

Presentado por: Emanuel Rodríguez

Grupo: 12°A

Profesora: Adelaida García

Año: 2012




Características de la literatura latina

¿Literatura latina o literatura romana? La literatura latina abarca un periodo amplísimo, desde el S.III a.C., hasta finales de la Edad Media. Sin embargo, cuando hablamos de literatura latina nos referimos a la literatura romana, en este caso es mucho más corta, desde el s. III a.C., hasta el s. IV d.C.

Géneros literarios: según los criterios actuales para valorar una obra literaria, muchos de los considerados géneros literarios en la literatura latina no lo serian en la literatura actual, sino que pertenecerían a otros campos, como es el ejemplo de la historiografía, un género literario muy importante en la época que hoy no estaría considerado dentro del campo literario.

Roma se fundó en el año 753 a.C. ¿Qué ocurrió para que la literatura no empezara hasta el siglo III a.C.? La literatura latina fue en sus comienzos una literatura oral. Existía una colección de Carminas, que estaban compuestas muchísimo antes de que existieran las obras latinas, y fueron transmitidas oralmente de generación en generación. Entre estos tipos de creaciones literarias orales destacan: las canciones de gesta, que eran cantares de hazañas de personajes populares; los “Carmina convívala”, poemas de fiestas o banquetes; representaciones escénicas donde unos actores improvisados representaban “Atelanas” (versos improvisados); los “versi fescenino”, que eran versos obscenos que la juventud romana improvisaba en las fiestas agrícolas; los cantos guerreros, que eran entonados antes y después del combate; las “lauda tiones fúnebres”, en las que un familiar ensalzaba las virtudes del fallecido, etc.

La literatura latina tuvo, en un primer momento, grandes influjos de las culturas que habitaban la península itálica. Pero la influencia más importante fue la que ejerció la cultura helénica, el pueblo griego, cuando éste fue conquistado por el pueblo romano. Una frase de Horacio “La Grecia conquistada conquistó a su fiero vencedor”, resume la capital importancia de la influencia griega sobre la cultura latina, ya no sólo en el ámbito literario, sino en todos los ámbitos. Esta influencia fue tal, que el primer autor de la literatura latina fue un griego, llamado Livio Andrónico.

En el año 240 a.C. se tienen las primeras documentaciones literarias. Escritas en griego y adaptadas al latín por Livio Andronico. Aparecen los primeros géneros literarios como el drama, la comedia y la prosa literaria. Otros géneros importantes son la historiografía y la biografía.


Descripción: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvYfEcsIT1dMAEUNWu0OxDLvS8XsBJMESm-6CdpRPm0VIWYEna04GiaMs44YkXE7beDHQ_foUXQmocJJXZyuSNQI4KTNFeJnSSJ3J8JbRyY9oA0FeKmMM_ilKDFrYwqPGQNxbNdjNkfpA/s320/20070418klplyllic_34.Ies.SCO.jpg

Géneros
La literatura clásica clasificaba de manera clara las obras en diversos géneros literarios, que a grandes rasgos perduran hasta la actualidad. Esta clasificación se creó en Grecia, pero pasó al latín con unas características comunes.

Sin embargo el alcance del concepto de género literario ha variado: en Grecia y Roma los géneros tenían una clara distinción formal; no se podía componer una obra de teatro con versos hexámetros dactílicos. La distinción formal entre géneros era tajante y no afectaba sólo al estilo, a los temas tratados, sino incluso al dialecto en que se redactaba. Las diferencias formales eran taxativas. Se entiende por género literario cada una de las distintas categorías o clases en que se pueden ordenar las obras literarias. Tradicionalmente se distinguen tres géneros mayores denominados lírica, épica y dramática, que son los géneros poéticos, esto es, escritos en verso. Hemos dicho que Aristóteles en su Poética fue el primero en teorizar sobre la literatura. Tras Aristóteles el Mundo helenístico continuó con el estudio teórico de la literatura, desde donde pasó a Roma. Tenemos en Horacio con su Arte poética o Carta a los Pisones  la continuación de esta tradición en Roma. En esta tradición se creó, como pasó en otras disciplinas, la terminología propia de la literatura. Se crearon términos como anáfora, poesía, sinécdoque de origen griego overso, prosa, literatura de origen latino.

Pero además de estos géneros mayores poéticos, en la Antigüedad se cultivaron otros en prosa. Entre estos vamos a destacar la filosofía y la prosa científica y técnica, de las que hemos hablado en epígrafes anteriores, la novela, la historiografía y sobre todo la retórica y oratoria.

En Roma hubo algunos géneros literarios propios. Los romanos distinguían en el teatro entre las obras de  origen itálico y las de origen griego: las primeras se llamaban fabula togata (obra de teatro representada con toga, traje nacional romano) y fabula palliata (obra de teatro representada con palio), haciendo referencia a la indumentaria de los actores.

Probablemente el género literario más importante de los genuinos de Roma sea la sátira, satura, en latín un guiso que mezclaba de todo, era un género poético en el que se mezclaban variados contenidos, pero tenía el rasgo común de criticar ácidamente.


La Épica: Virgilio




La epopeya, o poesía épica, canta las proezas de los héroes y floreció muy tempranamente en Grecia. Los poemas homéricos, es decir, La Ilíada y La Odisea, son los ejemplos más representativos en la literatura griega.
Los primitivos poemas épicos romanos presentan una génesis literaria un tanto complicada, ya que son frutos de dos tendencias diferentes.
Roma estaba sometida literariamente a las tradiciones épicas alejandrinas, importadas por los esclavos o libertos griegos, que difundían la cultura helénica entre la población latina, ya que actuaban sobre las clases elevadas, como preceptores de sus hijos. A ellos se debió, en buena medida, la identificación de los dioses romanos con los griegos y la creación de los primeros poemas épicos en lengua latina. Destaca especialmente una traducción de La Odisea y la introducción del hexámetro, que sustituye al primitivo verso saturnio.
Pero, frente a esta tendencia helenizante, persistía la tradición guerrera y patriótica de Roma. El patriotismo de la epopeya homérica jamás rebasó los límites de la ciudad; nunca vislumbró un ideal patriótico panhelénico. Los héroes homéricos no luchan, como los romanos, con una visión amplia del patriotismo, ni tienen aún concepto claro de nación.




La Lírica: Horacio


Los orígenes de la poesía lírica se pierden en el tiempo. No obstante, sabemos que existían unas fórmulas rítmicas especialmente religiosas, mágicas o jurídicas: los Carmina. En ellas se da correspondencia rítmica de dos o tres términos, aliteración, rima, etc.
Después del siglo II a. C., surgen dos escuelas poéticas de tendencias opuestas: los tradicionalistas (Lucrecio) y los poeta novi.
Los poeta novi se inspiran en los poetas griegos alejandrinos, quienes a través de múltiples alusiones eruditas quisieron llenar el ideal del poeta doctus. Sus principales composiciones serán los epyllia (epilios) o pequeños poemas épicos, llamados así sólo por la forma, que pretenden explicar ciertos usos pastoriles, el origen de fiestas, de costumbres, etc. El poeta griego más importante desde este punto de vista es Calímaco de Cirene. El primer poeta nouus importante fue Catulo.
Después de la guerra civil entre César y Pompeyo y del asesinato del primero, llegó Augusto al poder, quien restableció en Roma el orden y la paz. Pero centró en su propia persona la vida pública romana en todas sus manifestaciones. También los poetas debían cantar la gloria del imperio romano. Para ello ayudó generosamente al círculo de Mecenas, magnate romano que se había propuesto dar a la poesía romana una época de esplendor. Ya en los últimos tiempos de la guerra civil, Mecenas había reunido en Roma un grupo de poetas notables. Del círculo de Mecenas salieron Horacio y Virgilio, y del de Mesala Corvino, otro protector de las letras romanas, Tibulo, Propercio y Ovidio. Estos últimos son los llamados propiamente elegíacos.
La elegía latina no se corresponde en cuanto al contenido con la griega. En la forma del dístico elegíaco (hexámetro + pentámetro) poetas griegos como Calino de Éfeso, Tirteo y Solón tratan de gran cantidad de temas, sobresaliendo los políticos y los amorosos. Los poetas alejandrinos Calímaco y Filetas, modelos inmediatos de los elegíacos romanos, compusieron básicamente elegía amorosa.
Su obra se puede dividir en:
a) Sátiras y epodos: Sus sátiras son 18 composiciones repartidas en dos libros. El propio Horacio se considera seguidor de Lucilio (el creador del género) y, modestamente, inferior a él. Pero las sátiras de Horacio son, en general, más irónicas que airadas. Prueba de ello es el hecho de que él mismo las llama sermones (conversaciones). Afirma que la broma festiva y la burla amable son más eficaces que la invectiva destemplada. Le diferencia además de Lucilio el cuidado verso, que es una obsesión de Horacio. Algunos de los temas: nadie está contento con su suerte; invectivas contra los avaros, los usureros, envidiosos, adúlteros, cazadores de herencias, etc.
Los epodos son 17 composiciones. Por su contenido y su fecha de composición son una obra de transición entre el género satírico y la poesía lírica, que va a llenar la etapa siguiente de la vida de Horacio. Algunos son claramente satíricos: contra una alcahueta, un nuevo rico, un antiguo esclavo,…; pero también hay odas líricas con tema amoroso, de banquetes y de vino, de tema cívico-moral, y una, la más famosa, que es una égloga: el Beatus ille, un precioso e inspirado canto a la vida rural.
b) Odas (Carmina): Son 4 libros con alrededor de un centenar de odas. Horacio transplanta al latín los temas y metros líricos griegos, sobre todo, de Alceo, Safo y Anacreonte. Antes había habido intentos, pero es Horacio el primero que transplanta la lírica eolia griega en su conjunto. Los temas son muy variados: amores, banquetes, dedicaciones de templos, partida y regreso de un amigo,… Pueden dividirse en odas amorosas, filosóficas (la mayoría epicúreas y alguna estoica) y romanas (en las que alimenta el mismo sentimiento nacional y patriótico que Virgilio en su Eneida).
En la poesía lírica, Horacio es menos apasionado que Catulo. Nada más lejos de Horacio que los tumultuosos sentimientos de aquél. Sus mejores odas son las filosóficas, impregnadas de un escepticismo irónico, invitando al placer moderado, ya que cualquier exceso acarrea dolor e infelicidad. Dentro del género lírico hay que encuadrar también el Carmen Seculares, encargado por Augusto, en el que se invoca a los dioses para que presten su apoyo y su favor divino a Roma en el presente y en el porvenir.
c) Epístolas: En cartas dirigidas a sus amigos, Horacio se ocupa de la filosofía.



EL ORADOR” de CICERÓN
El orador es un libro que pretende trazar las directrices de cómo debe ser el orador prefecto. Publicada por primera vez en el año 46 a.C. con el nombre De oratore, nos explicita adecuadamente en qué consiste el arte de hablar bien
Cicerón comienza explicándonos el porqué de ésta obra: solución a los continuos ruegos de Brutus, y en definitiva se acabará concluyendo que no hay un estilo oratorio perfecto, que valga por sí sólo en todo momento, a veces será elevado, otras tenue y otras medio; el estilo perfecto es el que se ajusta al decorum, a lo conveniente en todo momento, circunstancia y personas. Así la búsqueda del mejor estilo oratorio se hace desde distintos puntos de vista, definición del orador perfecto en lo referente a los tres estilos narratorios, al género oratorio, a las funciones del orador, a sus conocimientos y finalmente al uso de la propia rítmica
De este modo comienza a dibujar las líneas de ese perfecto orador:
·         No debe sobresalir en ningún estilo:
·  Los grandilocuentes: profundidad de pensamiento, elegancia de palabra, vehementes, variados, abundantes, serios, competentes y preparados para mover los ánimos.
·  Los sencillos: personajes agudos que lo demostraban todo y lo exponían con claridad, no con amplitud, estilo sobrio y apretado.
·  Estilo intermedio: moderados que no recurren ni a la agudeza de los sencillos, ni a la amplitud de los primeros, es un punto medio entre ambos. Fluye al hablar en un curso continuo, aportando facilidad y uniformidad, distingue figuras de palabra y de pensamiento.
·        




fábulas de fedro: 
  

Escrito por: Susurros   en Fábulas
Erase una vez que se era un joven y alegre pastorcillo llamado Pedro.
Pedro cuidaba su pequeño rebaño de ovejas en el monte, cerca del pueblecito donde vivía con su anciana madre. Un día, aburrido como estaba decidió gastarles una broma a sus vecinos, y no se le ocurrió otra cosa que ponerse a gritar desde la cima del monte con todas sus fuerzas:
- ¡Socorro! ¡Auxilio! ¡El lobo!¡Qué viene el lobo!
Los campesinos que estaban al pié del monte trabajando en sus campos, al oír los gritos dejaron todo y salieron corriendo en ayuda de Pedro y su rebaño. Cargados con azadas y horcas subieron a la carrera los montes. Cansados y sudorosos llegaron a donde se encontraba el muchacho sólo para encontrarse al pastorcillo riéndose a más no poder.
- ¡Mira que sois inocentes! ¡Si ya no hay lobos por aquí!
Al ver que les había tomado el pelo volvieron a sus tareas enfadados, mientras que el pastor seguía riéndose de ellos, divertido.
Unos días mas tarde el pastor volvió a gastarles la misma broma pesada. Se puso a gritar y a pedir ayuda con mucha insistencia:
- ¡Ayudadme por favor! ¡El lobo! ¡El lobo se come a mis ovejas! ¡Socorro, Socorro!
Los campesinos escucharon los gritos, y aunque dudaron un poco al principio, echaron a correr hacia donde venían las voces. Cuando llegaron a la cima se encontraron con que otra vez habían sido engañados por Pedro. Muy enfadados, ésta vez, volvieron a sus campos, advirtiéndole que no volverían a creer nada de lo que dijera.
- ¡Habéis vuelto a picar!- les decía mientras seguía riéndose de ellos.
Pero un día, no demasiado lejano aparecieron los lobos de verdad. Comenzaron a perseguir y a comerse a las ovejas de Pedro. Entonces, el pastor, muy asustado, volvió a gritar y gritar pidiendo ayuda a sus vecinos que estaban en el valle. Pero nadie acudió esta vez. Pedro se desgañitaba pidiendo auxilio, pero escarmentados como estaban, los campesinos siguieron trabajando en la tierra como si nada ocurriera.
- ¡Ay! Si no les hubiera engañado las otras veces – se lamentaba el pastor mientras escapaba monte abajo, con un solo cordero bajo el brazo y dejando el rebaño a merced de los lobos,  sin poder hacer nada.
Allí perdió Pedro a sus ovejas y aprendió una dolorosa lección. Nunca volvería a engañar a nadie más, ya que las personas que mienten no pueden esperar que los demás confíen en ellos.

Obras y Autores más representativos de la literatura Clásica
Genero
AUTORES
OBRA
Género Épico
Homero (900 a.C)
Hesiodo (800 a.C)
La Iliada
La Odisea
Los trabajos y los días
Teogonía
Género Lírico
Tirteo (680 a.C)
Mimnermo (625)
Solón (640-558 aC)
Arquíloco (8600 C)
Safo (600 aC)
Píndaro (522-441)
Canto guerrero
Elegías
Poemas
Elegías, Himnos
El amor Epitalamios
Las Olímpicas
Género Dramático, Tragedia, Comedia
Esquilo (525-456 aC)
Sófocles (497-405 aC)
Eurípides (480-406)
Aritófanes (450-380 aC)
Menandro (349-292 aC)
La Orestiada
Edipo rey
Medesa
Las nubes
Epitropontes